10 razones por las que el vino es más interesante que la cerveza

3 November 2022

La cerveza es un producto sobrevalorado. Quizá no por todo el mundo, pero sí para los que, como nosotros, amamos el vino sobre todas las cosas. ¿Por qué perder el tiempo en este producto cuando tienes vino para sustituirlo? Nuestro habitual consumo de cerveza, el de todos nuestros amigos y familiares, es el de las cervezas industriales, una suerte de producto que, aunque tiene su gracia, sobre todo en verano, se queda muy corto si lo comparamos con el vino.

Por si no tenías razones suficientes para volcarte más en el vino y su consumo responsable que en la cerveza, aquí van un buen puñado de razones por las que el vino es mejor que la cerveza. Al menos así lo consideramos nosotros:

1. El vino sabe mejor: ¿imparciales nosotros? ¿acaso no es cierto que el sabor del vino supera con creces al de la cerveza? Lo decimos por la infinidad de matices que se pueden encontrar en él, que ni por asomo podrías encontrar en una cerveza. Al ser un producto cuyo origen es una fruta tendremos desde los matices primarios de la propia uva a toda una suerte de aromas y sabores en función de su elaboración, origen y materia prima, clima, suelos, etc…

2. El vino te permite viajar: lo hace al ponerte mentalmente frente a un paisaje y un determinado momento. Nos ponemos más serios. Ninguna bebida en el mundo es capaz de trasladarte hacia un determinado momento y un determinado lugar como lo hace el vino. Este es quizá su mayor virtud y saberla apreciar hará que no te canses de buscar vinos de distintos lugares y procedencias en tu afán por conocer y viajar a sitios nuevos.

3. El vino es grande no solo por cómo sabe, sino también por cómo huele: el sabor del vino es realmente placentero, pero la parte aromática juega un papel trascendental en su disfrute. Con los aromas podemos jugar, podemos intentar descifrar todo lo que subyace detrás del vino, recuerdos de la infancia, frutas sofisticadas, el límite es casi infinito.

4. El vino puede embotellar el tiempo: algunas cervezas han querido jugar con uno de los componentes del vino como es la cosecha, sin embargo estaremos de acuerdo en que nadie como el vino es capaz de trasladar un año climático a una bebida  de una forma tan directa y expresiva. Teniendo las herramientas para diferenciarlo puedes saber cómo fue el año, si muy fresco o tórrido. Prueba a preguntárselo a la cerveza, a ver qué te responde.

5. El vino constituye parte de nuestra esencia cultural: ahora que se lleva lo de volver a los orígenes pero con gafas de pasta y camisetas chulas, te lo decimos, el vino es una bebida con arraigo. Estamos entre los tres principales países productores de uva del mundo y no es casualidad. Piensa que lo que tienes aquí para comprar no es habitual tenerlo en todos lados y que además los precios son muy económicos.

6. Puedes cambiar de vino tantas veces como quieras: ¿no se cansa la gente de pedir siempre la misma cerveza? Sí, algún lector dirá que existen infinidad de estilos de cervezas, y más aún con el boom de cervezas artesanas. Sin embargo, para ser sinceros, ¿eres capaz de tomarte más de tres cervezas artesanales? ¿O en un momento dado recurres a una lager industrial porque te satura su sabor? En España tenemos más de cien zonas productoras de vinos con sus variedades locales, sus climas, sus tipos de elaboraciones tradicionales, sus vinos modernos y también con sus excentricidades. ¿Por qué pedir siempre los mismos vinos si no tenemos vida suficiente para probarlos todos?

7. Las fotos quedan mejor con vino que con cerveza: las fotos con cerveza están muy bien, especialmente en la playa, pero ¿y si las comparamos con el vino? ¿Realmente no pareces más inteligente con una copa de vino en lugar de una jarra de cerveza como si fueras un vikingo?

8. El vino se lleva fenomenalmente bien con el tiempo: un tinto del 94, otro del 2001, uno del 76. Prueba a tomarte una cerveza convencional de hace un año y verás el disgusto que te llevas…

9. El vino es la bebida del amor: no dejaremos de recurrir a este topicazo que encierra algo de verdad. Una cena con velas para dos, una música suave y de ambiente, una buena conversación y… ¿una buena jarra de cerveza? No, eso sí que no. Lo que acompaña ahí es un buen vino que te cuente una historia, no una bebida que no te aporte nada más. El vino te permite conversar sobre él, sobre lo que te recuerda, cuando la cerveza se queda por lo general en un mero acompañante.

10. El consumo de vino contribuye a la repoblación de zonas vaciadas: puede parecer un tema menor, pero cada vez son más los proyectos de pequeños elaboradores que se lanzan a crear sus proyectos en pueblos donde apenas queda gente viviendo. Fomentando el consumo de vino, especialmente de los pequeños productores, en cierta medida ayudamos a que estos pueblos y sus proyectos sean realmente sostenibles. ¿Una bebida solidaria?

Ya hemos dado al menos 10 razones por la que el vino es una insuperable bebida. Seguro que a vosotros se os ocurren muchas más.

    Escrito por Redacción