Jonatan nos ha relatado que su elaboración ha requerido de un gran trabajo en bodega. “No se trata de un vino sencillo de hacer, como otros vinos dulces, aquí hicimos un intenso pisado de racimos enteros para favorecer la extracción, justo lo contrario a lo que hacemos con los vinos tintos”. El vino se encabeza con alcohol vínico hasta los 16 grados, sin embargo acaba llegando de forma natural hasta los 17,5º, como consecuencia de la concentración que experimenta durante su crianza.
Lo que empezó como un campo de experimentación ha resultado ser todo un acierto. Su creador reconoce que el resultado final fue toda una sorpresa, pues a pesar de que se lo habían tomado muy en serio, buscando barricas muy viejas de madeira del año 2002, haciendo la crianza del vino en los espacios más cálidos de la bodega para favorecer la evaporación, no esperaban que el vino diese tan buenos resultados en tan corto espacio de tiempo. Recordemos que estos vinos se hacen grandes con el paso del tiempo, con la mezcla de añadas y con la concentración.