Es habitual que cuando pensamos en un gran vino mentalmente nos acerquemos a su productor y al lugar de donde proviene. Dos factores indispensables. Lo que mucha gente no conoce es que detrás de todo esto existen una serie de trabajos externos que contribuyen igualmente a que el vino sea finalmente un fuera de serie. Hoy os acercamos a la parte más desconocida del sector, a todas aquellas personas y empresas que contribuyen al desarrollo de un gran vino aunque nunca figuren en los créditos finales, ni en las campañas de marketing y comunicación.
Estas son algunas de las personas que con sus trabajos contribuyen a hacer grande el vino:
Edafólogo
Se trata de la persona encargada del estudio de los suelos donde se cultivarán las plantas. Es, sin duda, una de las cosas más importantes a la hora de empezar en la producción vitivinícola de calidad, y también una de las más costosas de hacer, pues generalmente las viñas sueles estar repartidas en varios parajes diferentes, lo que implica estudios de suelos diferentes. Entender el suelo es primordial pues en función de él habrá de tomarse una gran cantidad de decisiones, tipo de uvas que cultivar, método de cultivo, orientaciones, etc.
Viverista
Quizá la parte de la que menos se habla, pero cuyo trabajo es imprescindible. Un viverista, aparte de ofrecerte el tipo de planta que necesitas y de reproducirla tantas veces como sea necesario, también asesora al bodeguero en la toma de decisiones. Muchos viveristas tienen entre sus filas a profesionales de ampelografía, ciencia que se encarga de la identificación y clasificación de los diferentes tipos de uva. Estos profesionales interpretan la información que les facilita la bodega y les asesoran en la elección del tipo de varietal a plantar por el suelo y clima, y también el tipo de clon a escoger, es decir, más resistente a la sequía, más productivo, menos sensible a determinadas enfermedades. Esta parte es, sin duda, de la que menos se habla en el mundo del vino, porque a nadie le interesa hablar de clones 235 o 420. No es atractivo.
Los viveristas más prestigiosos lo son por disponer de una selección clonal propia con determinados parámetros agronómicos o enológicos. Estos parámetros se construyen con lentitud, pues proceden de un estudio minucioso previo en el que se eligen una o varias cepas madres de características determinadas, para luego hacer una multiplicación vegetativa que da lugar a plantas con una carga genética idéntica. Todo este trabajo se suele orientar a la obtención de uvas de gran calidad, una selección genética donde se escoge y se reproducen las mejores plantas. Algunos productores llevan maderas de sus mejores viñedos para que el vivero las reproduzca. Es un mundo francamente interesante y desconocido por el gran público.