El papel del alcohol
Aislar el alcohol del agua de un producto fermentado se les ocurrió a los árabes, parece ser que en la segunda mitad del primer milenio después de Cristo, ejecutando un papel más medicinal que como bebida placentera
¿Se añadió alcohol al vino o al mosto para facilitar la conservación y el transporte, o simplemente para impedir que fermentara el azúcar del mosto? ¿Era una cuestión de logística o una cuestión lúdica? Puede ser que ambas cosas. Sin duda, la fermentación nació antes que la destilación, ya que esta práctica solo se puede realizar con el azúcar fermentado, como es el caso del vino. El alcohol fue el primer antiséptico de la historia y como conservante de los vinos. Por otro lado, los vinos con mayor o menor grado de dulzor se potenciaban con el método de pasificar las uvas con un asoleo después de cortadas o con vendimias tardías. También lo más fácil y económico era cocer el mosto para deshidratarlo, concentrando el azúcar. Cuando el aguardiente hace acto de presencia, posiblemente se utilizara para apagar la fermentación, quedando sin fermentar gran cantidad de azúcar, lo que suponía una fórmula eficaz para elaborar vinos dulces de un modo seguro.
De cualquier modo, estas prácticas eran las únicas que garantizaban la conservación y transporte del vino. Aquellas levaduras, más abundantes y resistentes que en la actualidad, eran capaces de fermentar grandes cantidades de azúcar. Microorganismos que vivían en suelos más vírgenes que los actuales y con mayor diversidad de tipos, además de bajos rendimientos de cultivo. Por lo tanto, hay que pensar que el dulzor no era un simple accidente, sino algo premeditado.
Simbolismos religiosos
Es posible que su trascendencia histórica se debiera a su componente alcohólico y no a su factor alimentario. Pero, además, desde el momento del descubrimiento de la fermentación, un proceso misterioso y espontáneo que nadie supo su causa, lo acercaba al firmamento de la alquimia y al esoterismo, añadiéndose además las consecuencias síquicas y físicas al beberlo. A medida que bebían iban sintiendo euforia y relajación, somnolencia y ensoñaciones que les venían a la mente sin que ellos las pretendiesen. Es fácil suponer que estas extrañas reacciones en la consciencia y en el cuerpo se vincularían con todo lo relacionado con aspectos religiosos.