Desde el suelo con amor
El lugar fue el viñedo que la bodega Cruz de Alba (grupo Ramón Bilbao) posee en la Ribera del Duero cerca de Peñafiel.
Cuando en 2001 nacía oficialmente la Denominación de Origen Montsant de una escisión de un importante bloque de tierra perteneciente a la DO Tarragona, pocos imaginaron la trayectoria ascendente que podría llegar a alcanzar. Crecer pegado a una de las zonas productoras de más renombre de España, como es Priorat, a la que literalmente abraza la DO Montsant, no es peccata minuta. Montsant lo ha hecho. Desde su nacimiento ha ido dando pequeños pasos que han afianzado su identidad y sobre todo la confianza del consumidor, auténtico valedor del correcto posicionamiento de un nuevo agente productor de vinos. Ahora mismo la pequeña denominación de origen está cocinando la mayor reforma de su pliego de condiciones hasta la fecha, una reforma que espera hacer frente a una segmentación por zonas al estilo de las ya ejecutadas por Bierzo y Priorat, con vino genérico de DO, de pueblo, parajes y viñas excepcionales, aunque todavía no están del todo definidos.
Pilar Just, presidenta de la Denominación de Origen de la DO, afirma que se encuentran en un estado avanzado, y que esperan presentar el nuevo Pliego de Condiciones en 2025, para que pueda estar culminado en 2026. Cada una de las subdivisiones tendrá unos requisitos de variedades, producción, tipo de cultivo y se identificarán aquellas parcelas que son excepcionales para poder indicarlo en las etiquetas de los vinos. El objetivo, señala Pilar, es que el viñedo se exprese en las categorías superiores.
De momento la DO cuenta con un estudio de Zonificación en la que subdividen el territorio en seis bloques donde se alojan los 16 municipios que reúne toda la DO:
A pesar de esto, se contempla que las delimitaciones sean algo más que el propio término municipal debido a la complejidad e influencia en muchos de estos municipios.
Además de una segmentación por zonas, la DO espera regular los vinos de mínima intervención para certificar que todo lo que se indica en la etiqueta de cada vino sea real, definiendo los parámetros básicos para que un vino pueda ser calificado como vino de “mínima intervención”, ya sea a nivel genérico de zona o a niveles más acotados como vinos de pueblo o parajes. Esta certificación cuidará garantizar estos principios de mínima intervención. tanto en la bodega como en la propia viña sin que sea necesario la implicación de otra entidad certificadora independientemente para optar a esta distinción. Esta información se incluirá en la propia etiqueta del vino y no tanto con una contraetiqueta específica para esta tipología de vinos. Para ello el Consejo está realizando catas a ciegas con los productores a fin de definir los mínimos para poder ser certificado como tal en la DO, entendemos que también con parámetros analíticos que marquen los mínimos. En este sentido, Pilar Just nos plantea la siguiente pregunta. “¿Cómo analizamos los defectos del vino? Si un vino tiene un pequeño defecto pero es equilibrado este vino tiene que pasar el panel de certificación. Queremos cambiar esa normativa estándar y encorsetada que se ha trabajado desde siempre, y eso no quiere decir que todo se permita”.
Queremos cambiar esa normativa estándar y encorsetada que se ha trabajado desde siempre, y eso no quiere decir que todo se permita
En Guía Peñín hemos sido testigos y cronistas del crecimiento de esta zona que reúne algo más de 1.800 hectáreas de viñedo desde su inicio. No sólo eso, sino que vimos el potencial en ciernes que esta recién llegada podía tener.
El éxito de Montsant se debe a varios aspectos. Por un lado su ubicación entre sierras, en un lugar de extraordinaria riqueza de suelos y orígenes. Hasta seis tipos de suelo cohabitan en este lugar, la clásica pizarra que hizo famosa a Priorat (licorella), pero también interesantes suelos de Panal, granito, arcillosos, calizos o arcillo-calcáreos. A la variabilidad de suelos se unen las diferentes altitudes, orientaciones, variedades e influencias climáticas existentes, un conjunto de variables que unidas a las diferentes sensibilidades productoras nos ofrecen un conjunto amplio de estilos.
Distintivos D.O. Montsant
El fenómeno Montsant dio fuerte en sus primeros años de vida y muchos vieron en este lugar una oportunidad de embotellar sus “para... por...”, vinos destinados a comercializadores no siempre vinculados con la máxima calidad. El consejo respondió con relativa rapidez, pues veía que afloraban estas marcas que no terminaban de contribuir al mensaje de identidad que querían lanzar a los consumidores. Así se creó un distintivo para diferenciar a los Viticultores, los Comercializadores y los embotelladores que entró en vigor hace dos años. Actualmente de todas las contraetiquetas facilitadas por el consejo regulador cerca de un 20% corresponden a comercializadoras, los llamados “para… por….”, un 11% son de embotellador y el resto son de Viticultor elaborador.
La denominación de origen Montsant, comenzó con 28 bodegas, hoy ya son 59, lo que muestra el importante reclamo que ha sido para muchos elaboradores el distintivo de la DO Montsant.
La fuerza fundamental de la marca reposa como no puede ser de otra forma en sus vinos. Aunque existen cerca de 18 variedades permitidas dentro de la DO, dos son las que marcan el grueso de elaboraciones: la garnacha (37%) y la cariñena (31%).
Aunque esté en ciernes este ambicioso proyecto, la realidad del Montsant a día de hoy la marcan sus vinos. A pesar de que el cambio climático es un hueso duro de roer en zonas como en el levante español, los vinos se defienden y consiguen brillar. Esto es así por la fuerte vinculación con la viña que existe en las bodegas y la capacidad de adaptación de sus viticultores. Existen grandes bodegas que han sido el gran altavoz de las grandezas del Montsant. Bodegas como Spectacle Vins, Terroir Sense Fronteres, Josep Grau Viticultor, Acústic Celler, Venus la Universal, etc. son a día de hoy auténticos embajadores de la marca Montsant dentro y fuera de nuestras fronteras. De momento el crecimiento de sus vinos ha permitido incrementar los precios, dejando atrás la imagen de que Montsant era una versión más barata y accesible que la de sus vecinos de Priorat.
Sobre todos los productores recaerá la responsabilidad de dotar de contenido toda esta subdivisión que está por llegar. Las diferencias zonales existen, pero está por ver si éstas diferencias llegan a ser comprensibles por los amantes del vino. Que un vino de Falset, por poner un ejemplo, sea claramente diferenciable y tipológico es un camino largo y complejo. De momento la DO no quiere poner corsés a los productores y quieren que sea el tiempo y las elaboraciones libres las que acaben diferenciando a las zonas. El futuro que se presenta a esta valiente denominación de origen es interesantísimo. A nosotros sólo nos queda tener las copas listas y afilar nuestro olfato y gusto para disfrutar de las singularidades de este singular rinconcito productor.
El lugar fue el viñedo que la bodega Cruz de Alba (grupo Ramón Bilbao) posee en la Ribera del Duero cerca de Peñafiel.
La capital española nos ofrece un viaje único que no debemos perdernos.
Si algo sabe de vinos la comunidad china de Madrid es gracias a Ziyang Zhang