Jerez y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda, primeras zonas publicadas
Como es habitual, han abierto las catas los vinos de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar, un total de 244 referencias cuyas puntuaciones y descripciones ya están publicadas en la edición digital de la guía y puede consultar aquí. También puede conocer las principales impresiones del equipo de cata sobre estas zonas productoras en el artículo titulado “Jerez y Manzanilla en la sala, ¡todos en pie! ”, cuyas dos entregas están publicadas en nuestra web.
Los catadores han elogiado el trabajo de estas “dos denominaciones de origen únicas” y han subrayado la importancia de “unos vinos que siguen en la senda de la excelencia, con un marcado carácter local”. Manzanilla Sanlúcar de Barrameda nos ha traído en esta ocasión 36 vinos, de los cuales tan solo dos están por debajo de los 90 puntos, mientras que las bodegas de la denominación de origen Jerez han presentado un total de 208 vinos, entre los que se encuentra uno de 99 puntos.
En la categoría de finos, los catadores han valorado 44 referencias, que van desde los más limpios y sencillos, hasta los puros y sinceros en Rama, y los finos pasados, que se acercan al amontillado. Estos vinos, indican, “tienen gran importancia en la fotografía actual del vino de Jerez, pues aportan una historia diferente al discurso, y sobre todo estilos de vinos notablemente diferentes”.
Por la mesa de cata, también han pasado olorosos (40 vinos), amontillados (43) y palos cortados (32), elaboraciones totalmente marcadas por la relación del vino con el tiempo y su crianza. De los primeros, los catadores han señalado que “tienen en sus versiones menos longevas la base de la relación del vino con el oxígeno a lo largo del tiempo, una relación que va enrabietándose conforme pasan los años”.
El equipo de cata también subraya la importancia de los amontillados que, en su opinión, “es la categoría reina del Marco por aglutinar en sí todos los procesos elaboradores, tanto crianza biológica como oxidativa”. El Palo Cortado, por su parte, “es el más enigmático y místico de los vinos de Jerez, y en esta edición nos ha traído grandes sorpresas”.
Cierran las catas los vinos más dulces del Marco, con un total de 43 referencias catadas. Por un lado, la gama pale cream, cream y médium, vinos que se crearon con la intención de suavizar los matices y agradar a los consumidores internacionales y cuya calidad es oscilante. Por otro, los dulces de Pedro Ximénez, donde el equipo de cata ha destacado la labor de aquellos que “están dominados por el efecto solera y un largo envejecimiento que aporta complejidad al mundo de la pasificación”.
Pese a que, históricamente, los Vinos del Marco son los que han obtenido la puntuación media más alta de todas las regiones productoras reflejadas en la Guía Peñín y son ampliamente reconocidos por los profesionales del sector, los catadores han reconocido que son vinos que “siguen teniendo dificultades a la hora de enganchar al consumidor menos formado”. Por ello, proponen “continuar con la labor formativa y modernizar la imagen de muchos de sus vinos que, si bien encierran tipologías y estilos clásicos, puede hacerlos más accesibles a los nuevos consumidores”.