El gigantesco pabellón 5 de IFEMA empezó a recibir a los bodegueros y, lo que al principio era un simple espacio de convenciones, empezó a transformarse en otra cosa mucho más valiosa, pues reunía bajo una misma moqueta a una gran mayoría de los mejores productores, enólogos y viticultores de España.
Así es como bajo el mismo techo y a lo largo de dos días se han cobijado profesionales que, entre todos ellos, suman miles de cosechas y un abrumador conocimiento y experiencia puestos a disposición del visitante. Con las puertas todavía, cerradas faltaba algo para que todo se completase: los visitantes. Con la tensión todavía latente, llegaron los asistentes con toda su fuerza y energía, y con ellos empezó a sonar en nuestras cabezas la deliciosa música que acompaña a los grandes momentos. Peñín volvía a reunir a los principales agentes del sector en un espacio, un lugar para el diálogo, para el encuentro y para el negocio del vino. ¡Después de casi dos años de ausencia!
El acto contó con la presencia del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que inauguró el Salón y aprovechó para charlar con algunos de los productores allí presentes.