P.- ¿Qué encuentra uno en un terroir?
R.- Hoy, por ejemplo, vengo de la Ribera del Duero de ver los viñedos donde hacemos Matallana, donde tenemos cinco tipos de suelos distintos, cinco viñedos de cinco pueblos distintos que atraviesan la Ribera del Duero de norte sur en la provincia de Burgos. Allí tenemos suelos de terrazas cascajosas, con calizas en el páramo. Luego vas a las Beatas, donde tienes un entorno completamente distinto. Te puedes preguntar ¿cuál es mejor de los dos? ¿qué diferencia hay entre uno y otro? En un entorno de páramo, lo que yo llamo de austeridad castellana, con un clima continental, buscas la riqueza de la mezcla de esa tinta fina que muchas veces es aromáticamente un poco monolítica. Y la buscas con los distintos tipos de suelo que tienes. Mientras que, por ejemplo, en Rioja Alavesa te encuentras la cercanía a la Sierra, a la humedad, a las distintas orientaciones, a los dos principales tipos de suelos que hay, calizos y otros más ricos en arenas. Allí hay una mayor riqueza varietal que se transforma en la complejidad de Las Beatas o La Estrada.
“Hablar de terroir cuando haces más de 50.000 botellas se me hace un poco extraño”
P.- ¿Se ha abusado del término terruño, cree que ha perdido su significado?
R.- Decía un francés que es más fácil saber hablar que saber hacer. Vivimos dentro de un mundo en el que hay muchos mercados y nichos diferentes. Hay mercados donde el vino se vende a 2 o 3 euros y hay vinos que se venden a otro nivel. Hablar de terroir cuando haces más de 50.000 botellas se me hace un poco extraño. Si me hablas de unas características de una denominación de origen como conjunto, puede ser, pero eso no es un terroir. El terroir es un sitio muy concreto. Yo traduzco la palabra terroir como sitio o lugar, y un lugar puede ser bueno o malo. Hay vinos que son hijos de un sitio, los de terroir, otros que son hijos de la técnica y otros que son hijos del tiempo, del envejecimiento. Si tú haces un vino técnico de muchos litros, algo muy respetable, espero que me hables de la técnica, pero no del terroir.
P.- Trabajan en Rioja, Ribera del Duero, Toro, Valdeorras, Alicante, Cebreros, Rueda y Málaga. De todas estas zonas, ¿cuál considera la más polivalente?
R.- Polifacético en el sentido de si con esas mismas uvas podríamos hacer diferentes tipos de vinos, pues, por supuesto, pero nosotros intentamos que la intervención del enólogo sea la menor posible y que el lugar se muestre como es, no como queremos que sea.
A mí me gusta hablar de vinos que proceden de un lugar a excepción de los vinos más comerciales que hacemos. Nosotros hacemos siempre vinos de sitios a escala humana. En Lanzaga, por ejemplo, hacemos veinte mil botellas, 1.500 en Las Beatas o 2.000 de La Estrada. Hablamos de muy pequeñas cantidades que están muy unidas al sitio.
P.- ¿Existen terruños por descubrir en España?
R.- Muchísimos. Tenemos la suerte de que estamos en un país que hay muchas cosas por descubrir, aunque sea por el inconveniente de haber sido un país que no ha tenido notoriedad en el mundo del vino. Todavía no hay vinos que tengan un prestigio desde hace siglos como pasa en otros países. Tenemos la gran oportunidad de descubrir, de recuperar tesoros ocultos. Luego, todo ese potencial hay que saber interpretarlo y escribirlo. Ponerlo en una botella y reproducirlo año tras año no es tan fácil.
“Las cosas singulares y especiales no las hace la normativa, las hace el mercado”
P.- ¿Qué opinión le merecen la clasificación de Viñedos Singulares en Rioja?.
R.- En Rioja hemos pasado de que todo era igual a tener más de mil viñedos singulares capaces de cumplir con la normativa fijada, una cosa un poco ridícula. Las cosas singulares y especiales no las hace la normativa, las hace el mercado.
P.- ¿Es el proyecto de Viñedos de Álava una opción a tener en cuenta?
R.- Cuando en un monopolio te piden de repente un vino joven del Bierzo a 3,5 euros y un vino criado de Rioja a 1,5 euros, la oferta más barata casi siempre es para el Rioja. Esto quiere decir que hay un problema. Ahora, si va a ser el mismo perro con distinto collar pues entonces mal.
Creo que si eres mejor tienes que demostrar que lo haces mejor, y si tienes mejores ideas hay que ponerlas en práctica. De Viñedos de Álava no tengo idea porque no estoy metido en ello, lo que si está claro es que algo hay que hacer en la D.O. cuando estamos en un lugar que iguala a todos por lo bajo. No tiene sentido que tú estés haciendo vino como Las Beatas o La Estrada, vinos de mucha categoría, con el mismo nombre en la etiqueta que vinos que están en los lineales a dos euros.
P.- Ustedes fueron los primeros en ver el potencial de Cebreros, cuando nadie apostaba por este lugar. ¿Qué vieron allí?