Y es que a nivel general siguen haciendo falta proyectos que suban aún más el nivel (y la puntuación) de los vinos y que apuesten por mostrar más las notas frutales, balsámicas y herbales de las diferentes variedades, en vez de apostar por matices maduros (en ocasiones sobremaduros) y el abuso de la madera y notas terciarias. El estilo más desarrollado a día de hoy en el país es el del clásico bordelés (madera, madurez, estructura, cueros, café) y poca expresión frutal fresca. Echamos en falta proyectos más arriesgados que apuesten por mostrar cosas diferentes, que enriquezcan la diversidad de sus vinos y ofrezcan otra visión más del vino mexicano.
Son las bodegas más nuevas las que deberían investigar sobre esta diversidad de varietales y estilos. En España hizo falta mucho tiempo darse cuenta de que no todo era madurez, extracción y exuberancia, y todavía cuesta en algunas regiones; sin embargo, cuando las bodegas comenzaron a generar esa ruptura se abrió un abanico estilístico que, a día de hoy, está dando grandes resultados en zonas donde no se esperaba.
Año a año hemos observado cómo distintas regiones de México han ido retomando la actividad vitivinícola, mientras otras zonas que nunca dejaron de elaborar vino han fortalecido tanto su producción (número de hectáreas plantadas), como la calidad de sus vinos.
Este año hemos catado vinos de Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas. En esta nueva convocatoria, la participación de vinos de México se ha diversificado, a diferencia de hace 7-8 años en que la mayor participación (poco más del 90%) se concentraba en vinos de Baja California. La fotografía del vino mexicano es hoy más amplia y diversa, lo que ofrece multiplicidad de caminos a la hora de ofrecer vinos de diferentes estilos, aunque no todos los productores lo estén aprovechando.
Baja california, el motor vitícola del país
Baja California es, por derecho propio, la gran zona vitícola del vino mexicano a día de hoy. Aquí se concentran el grueso de bodegas y de la producción de vino mexicano. Sus bodegas son, en gran medida, responsables del florecimiento de esta industria en todo el país. Desde nuestra primera visita a esta región productora nos dimos cuenta de que el epicentro del cambio vendría de aquí, y así está siendo, con el permiso del resto de regiones productoras del país.