Este modelo, orientado a las grandes producciones, dejaba en tierra de nadie a los productores más modestos, que no podían competir, ni ganas que tenían, en este complejo mercado. Estos productores vieron que el nombre de La Mancha no acababa de reflejar fielmente la filosofía de sus proyectos y encontraron en la VT Castilla una oportunidad para hacer un camino “en solitario” que les permitiese construir un nombre de calidad por sí mismos. Así fue como esta humilde IGP fue adquiriendo cada vez un mayor protagonismo, hasta alcanzar una mayor relevancia cualitativa.
De los viejos destellos del Valdepeñas, que era vendido y consumido en la capital como el Rioja manchego, poco queda ya. El paulatino empobrecimiento de la imagen asociada a los vinos con sello de denominación de origen Valdepeñas y La Mancha fue haciendo más grande la distancia entre los VT Castilla y los vinos con DO a favor de los primeros. Por poner un ejemplo, ya en la Guía Peñín 2012 nuestro equipo de cata evaluó cerca de 285 vinos de la VT Castilla, mientras que los vinos con el sello DO La Mancha fueron tan solo 181. Como se puede imaginar durante los primeros pasos de la VT Castilla los vinos no eran ni por asomo tan cuantiosos como lo son ahora.
Castilla la Mancha, un territorio amplio y diverso
Para muchos de nosotros, resulta francamente complicado entender como una única unidad una D.O. tan amplia como Castilla la Mancha, fenómeno que nos ocurre igualmente tanto si hablamos de la DO La Mancha, como si lo hacemos de la IGP Castilla. En este sentido, cada bodega se esfuerza por tratar de trasladar al consumidor qué los hace diferentes frente al resto, motivo por el cual esta comunidad autónoma fue la que más vinos de pago creó en el complejo sistema productor español, con hasta 12 menciones de Vinos de Pago, sin duda todo un exceso, pero esto es motivo para otro artículo. Precisamente, gran parte de estos vinos que hoy son etiquetados como vinos de pago fueron los primeros en dotar de contenido cualitativo al sello VT Castilla, en primer lugar porque utilizaban variedades no admitidas por la D.O, y posteriormente porque la marca VT Castilla resultó ser más prometedora que la de la propia D.O La Mancha. Poco a poco este contenido cualitativo fue seguido por muchos otros muchos productores del lugar hasta llegar a construir la imagen de calidad que hoy conocemos.