Existen uvas que han conseguido por méritos propios abrirse un hueco en la lista de los imprescindibles que uno debe probar e investigar.
Aunque son conocidas por el público especializado, para el común de los mortales pueden llegar a pasar desapercibidas, y es una pena porque poseen unos rasgos muy singulares, lo que se traduce en vinos diferentes, y ¿a quién no le gusta probar vinos diferentes y propios?
En el noreste de España se encuentra la cuna de la variedad xarel.lo, concretamente en una pequeña denominación de origen de apenas 2.500 hectáreas de viñedo. Esta uva de racimos compactos, piel fina y brotación y maduración media es, a día de hoy, la gran dama blanca del viñedo barcelonés. Sin embargo no siempre ha sido así, a la uva xarel.lo se la reconoce fundamentalmente por su papel en la elaboración del los vinos espumosos de Cava. Se trata de una de las tres variedades del trinomio varietal del cava catalán: xarel.lo, macabeo y parellada, y es, sin duda, la más importante de las tres por su potencia, grado y acidez.
El Penedès es una zona de producción de las que se ha reinventado, de ser productora de vinos a granel, con un amplísimo plantel de variedades foráneas como la chardonnay, cabernet sauvignon o merlot, todavía presentes en estas tierras y algunas de ellas con grandes vinos a sus espaldas, todo hay que decirlo. El reposicionamiento de esta D.O. fue tal que su zona de producción mutó considerablemente. En la Guía Peñín 2011 informábamos de que el número de hectáreas de viñedo de la D.O. ascendía a más de 25.000, nada que ver con los datos actuales. Pero la gran conversión no fue en su tamaño sino el cambio a un modelo de región del vino centrada, aunque no en exclusividad, en el vino blanco, y más concretamente en el vino blanco de la variedad autóctona xarel.lo.