Sin embargo, a pesar de la corta distancia de vecindad, existe una diferencia entre los suelos de la zona llana de Vega Sicilia, que son más ricos en materia orgánica, y la zona llana de Villacreces, que son suelos de sedimentación y por lo tanto más pobres, lo que facilita una mayor aptitud vitícola. Un trabajo con la cordura no solo del hijo de Gonzalo, Lalo, dirigiendo el cotarro, sino también de un equipo competente y fiel conocedor de los vericuetos vitícolas del valle del Duero, con Javier Vicente en las viñas y Lluís Laso en la enología (trabajó 5 años con Tomás Postigo en Carraovejas). Una comunicación con la naturaleza desde una filosofía orgánica capaz de controlar los rendimientos en unos suelos capaces de mayores volúmenes. A vista de pájaro se puede ver cómo el Duero rodea por la parte norte y este la finca como un semi meandro cuando este río parece acercarse a la carretera de la llamada “milla de oro” vallisoletana. Para lograr el culmen de calidad y carácter se fueron a la localidad de Olmedillo de Roa, donde compraron un poco más de una hectárea para vinificar el tinto Nebro.
Vinos de pedestal
¿Qué hubiese dicho Robert Parker si supiera que los 20 dólares que vale en los EE.UU. el tinto Pruno (al que calificó como uno los mejores tintos del mundo por precio-calidad) cuesta algo más de la mitad en España? En la Guía Peñín la cosecha 2017 aparece con 91 puntos, que a 11€ es un excelente precio. ¿Qué es lo que identifica a Pruno? O antes, ¿cuál es la etimología de Pruno? Si os digo que es un árbol que pertenece en su denominación taxonómica a la división de las fanerógamas, clase de las dicotiledóneas, puede ser que os durmáis. Es un ciruelo silvestre que os orienta sobre la relación de la fruta madura de la ciruela y su toque silvestre con la juventud y frutosidad del vino, que es la principal identificación del tinto. Pruno 2018, cuyos viñedos se hallan en la propia finca, es un excelente trabajo fruto de la madurez del tempranillo y la frescura y genio del cabernet sauvignon. Además, está criado con 12 meses en roble, un tiempo bien medido que apenas le cede ligerísimas notas de cacao, el resto es fruta y fresca acidez. Con un rendimiento de 5.500 kg/ha., los suelos arenosos y en algunas parcelas con canto rodado, corresponden al terreno aluvial que requiere un trabajo extra para ajustar la higrometría de la vid. Un suelo en donde es más fácil plantar pinos, como es costumbre en Castilla.