Hoy les queremos acercar la voz de uno de los grandes distribuidores de vinos de España. Se trata de Juan Luis Pérez de Eulate, un pamplonés que en el año 1992 decidió abandonar el sector de la informática para dedicarse a su pasión: el vino. Empezó con una tienda en Palma de Mallorca, La Vinoteca, donde se centraba en la venta a través de la divulgación del vino, algo poco común en la época. Tal y como él recuerda, empezó a trabajar en el vino con la venta de la primera cosecha de Priorat, la de 1989. Arrancó su proyecto al tiempo que España vivía una proliferación de nuevos e interesantes proyectos como Artadi, Fillaboa, Agustí Torelló, y fueron estos mismos productores los que le animaron a lanzarse a la distribución.
Quizás su nombre no sea famoso en el resto de España y eso es porque decidió centrar su trabajo en Mallorca, donde cuenta con una elegante tienda de vinos y donde da servicio a los restaurantes y hoteles de la isla. Si esta persona se hubiese dedicado a la distribución en Madrid o Barcelona, seguramente hoy sería uno de los mayores distribuidores de España. De carácter tranquilo y sosegado, ha sabido estar siempre en el momento adecuado, siendo pionero en la incursión de la distribución en el mundo de la producción, algo que muchos otros hicieron detrás de él.
P.- ¿En qué ha cambiado la distribución de vinos en los últimos años?
R.- Muchísimo, aunque yo solo tengo la experiencia aquí en Mallorca. En aquel momento se llevaba más comprar en cantidad y sacar precios que disponer de cartas con más referencias y estilos de vino. Nosotros llegamos en el momento idóneo porque justo cuando empezamos la distribución empezamos a vender por botellas. Esto era en el año 94 y prácticamente no se hacía. Tuvimos una aceptación muy grande porque pasamos de restaurantes que tenían un gran stock pero de una o dos referencias para sacar precio, a que el stock lo manteníamos nosotros y les servíamos a diario en Palma. Esto ya fue un cambio radical. El cambio en el mundo del vino desde los Noventa también ha sido espectacular. Aquí en Mallorca, por ejemplo, en aquel momento no había ni 10 bodegas y en este momento estamos en 100. Antes las bodegas eran negocios en todos los aspectos, grandes instalaciones, y ahora se han convertido en un modo de vida, y no tanta piedra y tanta estructura, sino más emoción y más corazón.
"Estamos para ayudar a los restaurantes y la mejor manera es con la formación y la información"
P.- ¿Ha muerto la vieja distribución?
R.- Nosotros estamos, de algún modo, para ayudar a los restaurantes y la mejor manera de ayudar es con la formación y la información. Al final somos un nexo entre la bodega y el restaurante y lo que hacemos es facilitarles esa información a sus trabajadores, formándolos para que puedan vender estos productos con calidad y conocimiento. El sistema de venta ha cambiado completamente. Cuando yo empecé se buscaba comprar grandes cantidades rebajando el precio y ahora se va ya con un precio que incluye un servicio personalizado, un asesoramiento y una calidad, y además el servicio es instantáneo prácticamente. Esto facilita muchísimo la rotación del vino, el cambio de cartas, el tener una base amplia de vinos. Lo que más ha cambiado desde entonces ha sido la formación y la capacidad de divulgación que tenemos hoy de los vinos.
P.- ¿Las grandes plataformas digitales están poniendo en peligro la distribución de vino tradicional?
R.- Creo que lo que debemos de hacer es intentar enfocar cada vez más nuestra labor en la venta personalizada. La relación con un restaurante se basa en muchas más cosas que el precio y la rapidez de entrega. El precio y la rapidez son muy importantes, sí, pero hay muchísimos factores que influyen, como el conocimiento del restaurante para poder asesorarle, la formación del personal, la formación e información que le demos de cada producto. Se trata de elementos y servicios que en estas grandes plataformas desaparecen.
P.- La pandemia ha debido suponer un mazazo en la distribución, ¿hacia dónde os habéis dirigido?
R.- Con los cierres de restaurantes una parte de nuestro negocio se nos ha parado, así que tuvimos que enfocarnos más a la venta en tienda y venta online, que era la única salida que teníamos. Ya sabemos lo que la restauración está pasando y padeciendo. Nosotros aquí llevamos en este momento un mes y medio completamente cerrados, hasta el martes 2 de marzo, que abrieron las terrazas al 50% de su aforo. Aunque la mitad de los restaurantes o más no tienen terraza, con lo cual están cerrados.