Los mejores vinos desafían al pensamiento único en la recata de la Guía Peñín 2025

4 July 2024

Por muchos años que pasan uno no deja de asombrarse ante el ejercicio de cata que más envidias genera dentro del quehacer anual de la Guía Peñín. Otros procesos de cata no lo hacen tanto. La Recata, como así lo bautizamos, dura aproximadamente tres días. Es como su propio nombre indica, un ejercicio en el que volvemos a catar de nuevo los mejores vinos del año, con una única premisa, que dé cabida a todas las sensibilidades del mundo del vino, que no son precisamente pocas. 

En estos tres días los vinos son organizados escrupulosamente por tipología, zona, añada y estilo dentro de cada rango de puntuación, que empieza con un mínimo de 94 puntos, no todos, hasta los 98 puntos. En esos días los vinos suben y bajan puntuación conforme a una cata comparativa y a un debate interno, donde se decide si existirán vinos con 99 y 100 puntos. La próxima semana viviremos, otro año más, este apasionante momento, por lo que hemos querido contaros más al detalle cómo vivimos estos días.

Un ejercicio único y exclusivo de la Guía Peñín 

La Recata nació hace más de 20 años con el objetivo de querer perfilar más al detalle las diferencias de puntos entre los vinos mejor valorados del año. Esto es así porque el volumen de estos "supervinos" en cada región productora es realmente bajo, lo que impedía hacer una cata comparativa que justificase el punto arriba o abajo de vinos que se salen de lo normal, vinos con escasísimos rivales. Hay zonas que no cuentan ni tan siquiera con un sólo vino dentro de estos niveles, y otras que cuentan con dos tres vinos nada más, lo que hacía que la diferencia entre el vino sencillo, normal, excelente y el supervino fuese abismal, generando en el primer impacto del catador un abrumador golpe sensorial que, en muchas ocasiones, ante la falta de vinos de semejante nivel, pudiera influirle en su decisión final. Así llegó este ejercicio, como una prueba inequívoca de que los vinos que estaban fueran justos merecedores de tan alta puntuación.


Ziyang Zhang, Boris Olivas, Javier Luengo y Carlos González.

En la Recata los vinos se mueven de una mesa a otra, escalando punto a punto y comparándose nuevamente con los de la categoría inmediatamente superior. De igual forma algunos vinos se ven afectados por esta cata y ven perder su puntuación inicial si en la comparativa el vino no llega al nivel de los vinos de su mesa. Podríamos decir que es un ejercicio sumamente complejo pero muy democrático. En él, los cuatro catadores que conforman la Guía, Carlos González, como director de cata, Boris Olivas, Ziyang Zhang y el que firma este artículo, Javier Luengo, debaten vino a vino la puntuación obtenida.

Se busca definir la puntuación por consenso, un consenso en ocasiones bien fácil y otras muy reñido. En estos casos se buscan otros vinos que justifiquen el argumento de cada catador, vinos que en opinión de cada uno de estos profesionales confirman la puntuación defendida. Sucede en muchos casos que el vino o los vinos que se han buscado para defender cada argumento acaban dando la razón o quitándosela al catador en discordia. Aquí no se busca tener razón, sino simplemente entender y acordar la correcta puntuación de cada vino. Que no quede la menor duda de que lo que estamos valorando llegue a nuestros lectores con la garantía de la Guía Peñín, donde conviven vinos de todos los estilos y tipologías. No se premia o castiga un estilo, sino que se cata, se entiende y se defiende conforme a su estilo, región, variedad y añada.

Guía Peñín contra un pensamiento único y monocorde del vino

Desde su nacimiento en manos de nuestro fundador José Peñín, una de las razones de ser de la Guía Peñín es servir de herramienta para poder entender las calidades del vino español, desde el vino más sencillo hasta la elaboración más compleja y exclusiva. Por eso nuestra edición anual recoge la mayor representación del vino español de todo el mundo. La Guía reúne entre sus páginas todo tipo de estilos, los clásicos, los que fueron modernos y ya no lo son, los de método, los naturales, los de autor, los de viñedo, etc. y todos ellos tienen su protagonismo conforme a la calidad del mismo dentro de cada uno de sus estilos y tipologías. En los tiempos que corren, donde podemos ver una descalificación injustificada e inquisitoria de muchos de los vinos que fueron importantes en nuestro pasado, la Guía se ha propuesto seguir fiel a su principio de no casarse con ningún movimiento o tendencia. La idea es poner en valor la grandeza de los nuevos elaboradores y sus caminos escogidos, al mismo tiempo que valoramos también otros grandes vinos y estilos del pasado, aunque éstos supongan la cara y cruz de la misma moneda. No entenderíamos ensalzar sólo uno de estos estilos en detrimento de otro, cuando todos muestran la excelencia por caminos bien diferentes. Es el consumidor el que debe finalmente escoger. ¿O acaso debemos  cerrarles posibilidades de disfrute a un consumidor ciñéndonos a un solo estilo de vino?  

Volviendo a estos días de Recata, sobra decir que este ejercicio requiere de gran pericia por quienes lo llevan a cabo, porque han de tener bien claro todas las variables que confluyen en el vino a catar, y eso pasa por entender bien cada zona productora, las tipologías que allí existen y los caminos escogidos por cada elaborador, pues como decimos no hay una fórmula única para alcanzar la gloria en el mundo del vino, sino múltiples formas de brillar con luz propia.

El ejercicio se vuelve más exigente y complejo conforme vamos pasando a las mesas de puntuaciones más altas, las menos pobladas, pero las más satisfactorias. Las emociones del catador están estos días a flor de piel. Sólo en estos tres días estamos catando lo mejor de lo mejor, vinos a los que llegas a lo largo del año con cuentagotas, vinos que cuentan historias preciosas, que recogen el fruto del conocimiento, del esfuerzo, de la tradición y también de la innovación.

Las catas se realizan a puerta cerrada, y en ocasiones se escuchan aplausos, decepciones, defensas a ultranza, debates acalorados. El último día se decide finalmente cuáles serán los mejores vinos del año y si alguno de ellos es merecidamente ganador de los escasísimos 100 puntos.

Con el final de la cata, llega la caída de defensas de cada uno de los que formamos parte de ella. De haber estado en alerta máxima, de haber disfrutado de la grandeza de nuestros vinos llega el vacío. El silencio, la reflexión de lo que allí ha pasado. Tardamos días en asimilarlo y cuando lo hemos hecho nos ponemos a dar forma a una nueva edición de la Guía Peñín de los Vinos de España. Elaboramos textos, maquetamos y nos ponemos en otra frenética carrera para que la Guía llegue a las librerías a principios del mes de octubre. Ahora ya sabéis cómo se vive un cierre más de la Guía de vinos españoles más completa del mundo.

    Escrito por Javier Luengo, director editorial de Peñín