En la Recata los vinos se mueven de una mesa a otra, escalando punto a punto y comparándose nuevamente con los de la categoría inmediatamente superior. De igual forma algunos vinos se ven afectados por esta cata y ven perder su puntuación inicial si en la comparativa el vino no llega al nivel de los vinos de su mesa. Podríamos decir que es un ejercicio sumamente complejo pero muy democrático. En él, los cuatro catadores que conforman la Guía, Carlos González, como director de cata, Boris Olivas, Ziyang Zhang y el que firma este artículo, Javier Luengo, debaten vino a vino la puntuación obtenida.
Se busca definir la puntuación por consenso, un consenso en ocasiones bien fácil y otras muy reñido. En estos casos se buscan otros vinos que justifiquen el argumento de cada catador, vinos que en opinión de cada uno de estos profesionales confirman la puntuación defendida. Sucede en muchos casos que el vino o los vinos que se han buscado para defender cada argumento acaban dando la razón o quitándosela al catador en discordia. Aquí no se busca tener razón, sino simplemente entender y acordar la correcta puntuación de cada vino. Que no quede la menor duda de que lo que estamos valorando llegue a nuestros lectores con la garantía de la Guía Peñín, donde conviven vinos de todos los estilos y tipologías. No se premia o castiga un estilo, sino que se cata, se entiende y se defiende conforme a su estilo, región, variedad y añada.