En el capítulo anterior reseñaba aquellas pequeñas zonas o parajes, incluso algunas integradas en Denominaciones de Origen, cuyas características geoclimáticas y geológicas destacan de la generalidad, incluso de las propias D.O. a las que pertenecen. También incluyo algunas D.O. poco conocidas. En esta segunda entrega añado 10 territorios más.
D.O.P. Isla de la Palma
Es quizá la isla con mayor peso de vinos dulces de Canarias, los más puntuados en las guías de vinos y posiblemente los que caracterizan a esta DO. Sin embargo, es interesante las experiencias de vinos secos de mesa con las variedades albillo criollo (diferente al albillo real de Gredos), listan blanco, diego y vijariego. Un territorio típico del alisio con nubosidad al norte y cielos despejados al sur. Suelos volcánicos con una pequeña superficie orgánica y viñedos de conducción rastrera de diferentes altitudes hasta 1.300 metros. Son vinos parecidos a los de Azores. Las bodegas más destacables son Victoria Torres Pecis y Eufrosina Pérez.
D.O. Gran Canaria
Gran Canaria ha sido el último reducto de vinos campesinos del archipiélago. Siempre me extrañó que, en un escenario tan parecido a Tenerife, no existiera la misma inquietud enológica. Una zona que quedaba rezagada del empuje de Tenerife, La Palma, Lanzarote e incluso de Hierro. Por suelos (volcánicos, arcillosos y de distintas orientaciones y altitudes), clima (alisios húmedos y sol profundo) y variedades autóctonas (vijariego, marmajuelo y listan), tarde o temprano llegaría a situarse al grupo de cabeza como así ha sido en los últimos 4 años. La eclosión de excelentes nombres propios de la enología con los nuevos modos de elaboración y una mirada más profunda al terroir, ha permitido que en tan pocos años la zona posea nada menos que 10 vinos con calificaciones superiores a los 90 incluso 94 puntos. Las bodegas principales son Tamerán, Vandama, Bodega San Juan y Bien de Altura.