Se consolida el Fondillón como el primer vino español de lujo y minoritario destacado por compradores y literatos europeos. El Fondillón de Alicante, la perla de la monastrell de los viñedos de la histórica Huerta de Alicante (la zona llana que limita con la playa de San Juan).
SIGLO XVIII
Llegan los primeros comerciantes ingleses, irlandeses y franceses para instalarse definitivamente en Jerez: Osborne, Terry, Haurie, Gordon, Pemartín, Domecq, Lacoste y Harkon. Se crean los primeros permisos para almacenar vino en origen y no solamente en destino con la construcción de las primeras bodegas jerezanas de techo alto frescas y ventiladas. En 1.733 se constituye el Gremio de la Vinatería de Jerez que velaba por la producción y comercio del vino con imposición de medidas reguladoras.
A finales del XVIII, los vinos de Málaga eran incluso más famosos que los de Jerez. Participaban en las grandes subastas londinenses junto a los Tent alicantinos, Canary y oportos. Los mejores procedían de los montes cercanos a Málaga. Fue el nacimiento del “Mountain wine” o vino dulce procedente de los mejores viñedos. En ese siglo, a Málaga llegan comerciantes de toda Europa: británicos como Kirkpatrick, holandeses, alemanes, y franceses como Boussagne, Mongrand, Mimbielle, Lachambre…
Primeras tentativas de vinos de calidad en la Rioja al “estilo Burdeos” a través del cura Quintano. Auge del vino catalán gracias al florecimiento de su marina y su industria (corcho, la fabricación de vidrio y barriles de madera). Salen del puerto de Santander las primeras exportaciones de vino riojano para América.
Apogeo de los tintos de Benicarló (el “carlón”) producidos en el Bajo Maestrazgo y que llegaron a comercializarse a través de negociantes extranjeros como White, Vagué, D´Elliseche y Trenor. Asimismo, los vinos de Alicante (el “tent) que exportaban a Burdeos comerciantes franceses instalados en la ciudad para mezclarse con los “clarets” bordeleses.